El final de la crisis se ha medido con índices macroeconómicos que no parecían convencer a todos. Aumenta el PIB, desciende el paro, crece el empleo, mejoran los mercados financieros y un largo etcétera. Sin embargo, según el informe de Equipo Económico, la recuperación ha llegado al consumidor y se puede considerar que el incremento del consumo está consolidado por diversos factores.
La economía española crece por el momento un 3,3%, una variación por encima de la media de la Unión Europea y se espera un avance similar para el año que viene. Esta cifra está acompañada de muchas otras.
Empleo. El crecimiento del PIB se está reflejando en el aumento del empleo. Con una variación anual cercana al 4%, el empleo sube más que en los últimos cinco años y la tasa de paro en 2017 es de 18,8%, una cifra ampliamente mejorable, pero 8 puntos porcentuales inferior a la de 2013. Según los datos de Equipo Económico, la creación de puestos de trabajo crecerá un 2,8% este año y un 2,4% en 2018 continuando con la recuperación.
Confianza. La confianza de los consumidores ha mejorado, al igual que han aumentado sus expectativas. En el informe de la consultora se muestra como uno de los principales factores de la recuperación es el consumo. El ICC – «Índice de Confianza del Consumidor“ – muestra una tendencia creciente desde mediados del año 2012 y, a pesar del descenso de finales de 2015, durante el último año y medio ha tenido un nuevo repunte y, en especial, durante el pasado mes de junio.
Ahorro y riqueza. Ligado al aumento de la confianza y a la mejora de las expectativas las familias tienden a ahorrar menos. La caída en el porcentaje de ahorro sumado al aumento del empleo, y por tanto de la renta, han ayudado a impulsar el consumo privado y la demanda nacional. El ahorro ha descendido aproximadamente 6,5% desde 2009, momento en el que la tasa de ahorro vivió el máximo de los últimos 14 años y este indicador alcanza el valor del 13,5%.
La riqueza, por otra parte, registra un ligero aumento desde 2013. Este indicador tiene una fuerte relación con la riqueza inmobiliaria de nuestro país con la que comparte la tendencia de variación desde 1998. El máximo de ambos índices en porcentaje del PIB se encuentra en el bienio 2006-2007 y desde entonces el mínimo se registró en 2013.
Comercio minorista. Las ventas del comercio minorista volvieron a acelerarse en el mes de mayo al registrar una variación del 2,4% respecto al mismo mes del año anterior. Los meses de diciembre de 2014, a finales de 2015 se vivieron variaciones interanuales similares a las que obtenía en nuestro país en 2007, antes de estallar la crisis. En julio de 2016, el crecimiento fue del 5%, y aunque en enero de este año rozó el 0%, desde entonces y hasta mayo ha crecido paulatinamente.
Balanza exterior. No es un secreto para nadie que la balanza exterior ha ayudado a España a mantenerse a flote durante los peores años de la crisis. España es por primera vez un referente en el exterior en determinados sectores, una de las tareas que tenía pendientes nuestra economía. En la actualidad la demanda exterior continúa creciendo desde mediados de 2014 al igual que el consumo interno.
Repercusión sobre el consumo. Son todas estas las razones que ayudan a mejorar el consumo en la economía española. En pocas palabras: está alcanzando finalmente el nivel de PIB real y de PIB per cápita previo a la crisis, continúa el proceso de fuerte creación de empleo; el aumento de la confianza del consumidor y de sus expectativas; significativo incremento de la renta disponible y de la riqueza de las familias; notable aumento del crédito al consumo. Este escenario positivo se traslada también a los indicadores de consumo y consigue una evolución del indicador sintético de consumo favorable hasta llegar una variación anual del 3% en junio de 2017.