Madrid, 21 de noviembre de 2022. El presidente ejecutivo de Equipo Económico, Ricardo Martínez Rico, ha participado hoy en la sesión presencial organizada por la Fundación para la Investigación sobre el Derecho y la Empresa (FIDE) en Madrid, que ha estado dedicada a analizar en detalle si los “Presupuestos Generales del Estado 2023: ¿responden a los desafíos a los que se enfrenta la economía española?”. El encuentro ha sido moderado por Francisco Uría, Banking & Capital Markets Global Head, socio responsable del sector financiero en España de KPMG y consejero académico de FIDE. La sesión será replicada en Barcelona con el mismo formato presencial el próximo día 1 de diciembre en el Ilustre Colegio de Notarios (carrer del Notariat 4).
Martínez Rico ha comenzado su intervención destacando que el gran reto al que se enfrenta la economía mundial es la inflación. La incertidumbre sobre su persistencia está exigiendo una respuesta contundente por parte de las autoridades monetarias, cuya duración continuará en los próximos meses, a pesar de sus efectos sobre los mercados financieros, los tipos de cambio y la economía real.
Este deterioro del contexto internacional ha recrudecido varios de los principales desequilibrios a los que ya se enfrentaba la economía española, que a diferencia de otras crisis anteriores afronta la actual bien financiada. En este contexto de fuertes presiones inflacionistas y una baja actividad en Europa, Martínez Rico ha avanzado que Equipo Económico prevé una desaceleración de la economía española, que hasta 2023 no alcanzará los niveles previos a la crisis.
A modo de conclusiones, Ricardo Martínez Rico ha precisado que los presupuestos de 2023 no diseñan una política económica adecuada para la situación actual. Su carácter expansivo contrasta con los esfuerzos de la política monetaria para frenar el crecimiento de los precios y anclar de nuevo las expectativas inflacionistas.
En términos de gasto, ha añadido, los presupuestos plantean una política ultra expansiva, con fuerte impacto en el incremento del gasto estructural y sin ningún avance en la búsqueda de la necesaria eficiencia. De forma contraria a la actualización de las pensiones al IPC, deberían incorporar medidas de apoyo selectivas y temporales para proteger a los sectores y anclar de nuevo las expectativas inflacionistas. En paralelo, los ingresos públicos continúan creciendo de forma intensa y registrando niveles históricos, apoyados, entre otros, por el fuerte aumento de los precios.
Para finalizar su intervención ha detallado que los déficits de 2022 y 2023 supondrán quince años consecutivos de finanzas públicas con cifras negativas. Este desequilibrio estructural supone un lastre para el crecimiento y una amenaza a la sostenibilidad de la deuda pública a largo plazo. Además, ha concluido, pone de manifiesto la necesidad de elegir en los próximos años entre la búsqueda de la eficiencia del gasto público y la subida continuada de los impuestos.