Madrid, 22 de diciembre de 2016. Equipo Económico presentó la semana pasada su Informe Económico Invierno 2015. En el mismo subraya que la economía española ha consolidado su recuperación durante el segundo semestre del año, lo que le permitirá cerrar el ejercicio 2015 con un crecimiento muy superior al de la media europea y con una vigorosa creación de empleo. En esta línea, mantiene su previsión de un incremento del PIB del 3,3% y una tasa interanual de inflación del 0,3% en diciembre. De cara a 2016, plantea crecimientos trimestrales del PIB entre el 0,6% y 0,7%, de forma que para el conjunto del año la economía contabilizará una progresión próxima al 2,9%. No obstante, como se señala en el citado informe, y se está poniendo de manifiesto en estos días, el principal riesgo al que se enfrenta este escenario es que la inestabilidad política paralice el impulso reformador.
Las bases del crecimiento se apoyan en la favorable coyuntura internacional de los últimos años, los buenos resultados cosechados por las reformas estructurales implementadas, la apertura de la economía española hacia el exterior (acelerada en los últimos años de crisis), el tirón de la demanda interna, la consolidación del sistema financiero, que está permitiendo el crecimiento de la concesión del crédito nuevo, y la continuación del proceso de apalancamiento financiero. Particularmente relevante y fruto de la reforma del mercado laboral merece la pena destacar la creación sostenida de nuevos puestos de trabajo.
El proceso de consolidación de las cuentas públicas ha sido clave en la recuperación de la financiación para la economía española. Signo destacado del mismo es que las cuentas del Estado han registrado en términos acumulados hasta octubre un superávit primario por primera vez desde diciembre de 2007; sin contabilizar los intereses de la deuda, los ingresos públicos superan los gastos. Aun así, queda todavía un largo camino por recorrer en la reducción del endeudamiento en un contexto de tipos de interés muy bajos. De forma específica, también la situación de las cuentas de las CC.AA. y de la Seguridad Social requerirán en el año próximo una reforma de sus sistemas de financiación, por el lado de los ingresos y también de los gastos.
Este alentador panorama económico no está exento de otros riesgos. En el plano nacional destaca, por el lado institucional, además del posible parón al impulso reformador durante el año próximo y los siguientes, el asociado al cuestionamiento del futuro de Cataluña en el conjunto de España. Entre los riesgos económicos nacionales: la persistencia de la tasa de paro en niveles elevados durante mucho tiempo; una recuperación del consumo demasiado rápida que pusiera freno al proceso de desapalancamiento, en un contexto de bajos tipos de interés y abundante liquidez internacional que se está canalizando en menor medida hacia la inversión; el retraso en la corrección de los desequilibrios de las cuentas públicas en el medio plazo; y una elevada concentración en el sistema financiero español. En la esfera internacional, una larga recesión de la economía brasileña, que está teniendo ya importantes efectos en la economía española.
Para hacer frente a los retos y afianzar la capacidad de crecer y crear empleo de la economía española en el medio plazo, es de nuevo importante continuar y profundizar con las reformas económicas, en el marco de la necesaria estabilidad institucional.
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Antonio Polo
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