Movimientos empresariales y crecimiento. José María Romero

La Razón

27 de julio de 2014

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La economía mundial consolidará su crecimiento este año. En un contexto de bajos tipos de interés, de mayor estabilidad en los mercados financieros y de altos niveles de liquidez acumulada por las empresas durante los años de crisis, no resulta extraño que las operaciones de fusiones y adquisiciones en el primer semestre de este año hayan aumentado a escala global por encima del 50%.

A este mayor crecimiento contribuye la economía española, que se sitúa en el pelotón de cabeza entre los países europeos y le permitirá cerrar este año con un incremento del PIB del 1,5%. De forma análoga, las operaciones de fusiones y adquisiciones durante el primer semestre habrían crecido en España el 17%, hasta superar los 38.000 millones de euros.

Frente al mayor riesgo que suponen ahora determinadas economías emergentes, los inversores internacionales apuestan ahora por la estabilidad de Europa y vuelven a mostrar su confianza e interés en España. No hay que mirar las operaciones de inversión extranjera con desconfianza. Vista la evolución de los índices bursátiles en los dos últimos años, los activos españoles no tienen el precio de saldo que hubieran podido tener en el verano de 2012. Más bien, la vuelta de la inversión extranjera, la caída de la prima de riesgo y la creación de empleo son claros ejemplos de la normalización económica y financiera de la economía española.

No sólo las empresas internacionales compran, las españolas vuelven a estar activas en el exterior a través de adquisiciones y saliendo a los mercados en busca de fuentes adicionales de financiación. Hace dos años, en sus presentaciones internacionales, las compañías tenían que dedicar todos los esfuerzos a explicar la situación económica de España, sin margen para exponer sus planes empresariales. El vuelco del panorama económico español, gracias a las reformas acometidas, está ya haciendo posible que  puedan cumplir en sus salidas a los mercados con su función empresarial, vendiendo sus proyectos. España y las empresas españolas vuelven a beneficiarse de su participación en una economía globalizada muy competitiva. Y los inversores internacionales se sienten atraídos por la recuperación y los proyectos que empieza a traer bajo el brazo.

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