Gracias a las reformas llevadas a cabo y a un marco financiero más favorable, la economía española está atravesando una fase de clara recuperación, marcada por el crecimiento simultáneo del PIB y del empleo, así como por la paulatina recuperación de los equilibrios macroeconómicos. La actual estabilidad de precios redunda en ganancias de competitividad y contribuye a la flexibilidad salarial. A pesar de las dificultades que atraviesa la zona euro, la economía española crece por encima de los países de su entorno.
Para Ricardo Martínez Rico, Presidente ejecutivo de Equipo Económico, “haber logrado la vuelta a la normalidad en las condiciones financieras está haciendo posible que la economía española crezca y cree empleo. Se trata del cambio más importante en la segunda mitad de este año, del cual se están beneficiando ya tanto los hogares y las empresas como las Administraciones Públicas”. A cierre de este año, la economía española registra superávit por cuenta corriente, la balanza financiera refleja la vuelta de la inversión extranjera, y la prima de riesgo se ha reducido a niveles anteriores a la intervención en Grecia. Además, es particularmente importante que, tras el proceso de reestructuración del sistema financiero español, los datos de concesión de crédito nuevo a hogares y pymes empiezan a ser positivos.
En este contexto, en Equipo Económico prevemos que la economía española concluya 2014 con una expansión próxima al 1,5% del PIB. Este crecimiento ha ocurrido en un contexto de estabilidad de los precios y se habrá trasladado al empleo, por lo que la tasa de paro se situará al final del año alrededor del 24,5%. Además, dicho crecimiento permitirá también cumplir este año con el objetivo de déficit público del 5,5% del PIB.
Para 2015 prevemos un escenario internacional relativamente más favorable, que contribuirá a alcanzar un crecimiento del PIB español en torno al 2,4%, que se verá favorecido por la reducción de los precios del petróleo, la entrada en vigor de la reforma fiscal y los menores costes de financiación, que podrían suponer una inyección superior a los 20.000 millones de euros al sector privado. La recuperación de la demanda interna (especialmente la privada), la reactivación del sector de la construcción y una positiva evolución de las exportaciones serán factores que deberán contribuir a la generación de nuevos puestos de trabajo y la reducción del desempleo por debajo del 23%. Todo ello, de nuevo, en una situación de estabilidad de precios.
La concreción de estas proyecciones puede estar condicionada por la inestabilidad internacional y la ralentización del crecimiento de la economía europea, así como por la continuidad del impulso reformador frente al calendario electoral previsto para el próximo año. Y es que, pese al panorama económico más halagüeño, existen importantes retos por delante. El paro es el principal reto económico y social en España. No obstante, en esta ocasión, tan importante son los retos económicos como los relacionados con nuestro marco institucional.
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Antonio Polo
