Gráfico del mes Ee:
En un contexto de fuertes presiones inflacionarias desde el verano de 2021, que han llevado a que la tasa de crecimiento interanual de los precios de la eurozona se situara en enero de 2022 en un récord histórico del 5,1%, se viene produciendo un incremento de los tipos de interés de la deuda pública en los países de la moneda única.
Este repunte de los tipos se ha visto intensificado tras la reunión del Banco Central Europeo (BCE) a comienzos de este mes de febrero y su apertura a la posibilidad a endurecer la política monetaria de la entidad si en la próxima reunión, programada para marzo, las previsiones de crecimiento de los precios en el medio y largo plazo superan su objetivo del 2%. Si bien se trata de niveles de tipos de interés soberanos históricamente bajos, ha bastado una sugerencia del BCE para que el coste de financiación de la deuda pública se sitúe a niveles muy cercanos a los de marzo de 2020 durante la irrupción del Covid-19.
En este escenario, en las próximas semanas asistiremos a una intensificación del debate sobre la sostenibilidad de la deuda pública, sobre todo en el caso de aquellos países más endeudados y con gran parte de su deuda en manos del BCE, como lo es España. Consideramos por ello que la credibilidad que proporcionaría el diseño de un plan de reequilibrio presupuestario a medio y largo plazo de las cuentas públicas españolas, que lance las señales adecuadas del compromiso con la sostenibilidad de las finanzas públicas, constituye una de las reformas estructurales necesarias para asentar las bases de una sólida recuperación. Este plan de reequilibrio ha de poner el foco en la búsqueda de la eficiencia del gasto público, alejándose de cualquier propuesta de incremento impositivo en un momento en el que las empresas se están ya enfrentando a fuertes subidas de muchos de sus principales costes de producción (materias primas, bienes intermedios, energéticos y laborales).